De vuelta a la escuela
Cambiar de compañía, tengas las horas de vuelo que tengas, te lleva de cabeza a los inicios de tu formación como piloto. Al menos así lo es en las compañías serias, esas que de vez en cuando se dejan ver en lo más profundo de Europa. No sólo se trata de pasar exámenes, aprender nuevos procedimientos, nuevas reglas o volver a pasar dos horas cambiándote de ropa hasta que por fin te dan la talla de uniforme que mejor te queda (digo mejor, no bien, que las camisas siguen siendo de las de dos duros, de las que se transparentan y parecen rosas), sino además de ser capaz de concienciar a la compañía de que apenas necesitas entrenamiento y de que estás preparado para que suelten en línea.
Con respecto a la operación normal, los cambios son más pijadas que algo por lo que preocuparse. Quién enciende las luces, quién arranca los motores, quién desarma los spoilers o quién hace qué pasando por FL100. En Turquía, si querías ir a mear te levantabas e ibas. El comandante, eso sí, agarraba su mp3 y aprovechaba para cambiar la música europea por música turca (como diciendo quédate un ratito fuera que no te quiero ni ver), pero a nadie más le importaba dónde te metieses. Aquí no, aquí tienes que llamar a una azafata para que (…) se quede en la cabina junto al comandante mientras tú haces tus cosas. Si te da vergüenza que todo el avión se entere de que vas a mear, te jodes, no sea que el comandante se muera, el piloto automático se desinfle y nadie más esté dentro para abrirte la puerta inmediatamente. Curioso, pero mola.
Luego que si los pilotos son prepotentes, pero nos hacen sentir importantes hasta cuando vamos a mear.
En Europa, en general, parece que el personal está mucho mejor formado y todo se hace persiguiendo unos estándares de calidad y seguridad mucho más altos. Las azafatas turcas sabían cómo preparar buenos bocatas, las de aquí saben, o creemos que saben, apagar fuegos, usar balsas salvavidas y hasta cuándo hay que aguantarse el miedo y las ganas de evacuar un avión sin que lo ordenen los guapos de delante. Suficiente es, aunque el hecho de no tener que soportar comida de avión todos los días me parecía mejor idea (teniendo en cuenta la escasa tasa de incidentes de cabina).
Nosotros también tenemos que tirarnos por rampas, demostrar que sabemos nadar, vestirnos de payasos para apagar fuegos e incluso gatear entre asientos hasta encontrar a un bebé (un Ken chulillo, ni siquiera un Nenuco) en una cabina de pasajeros a oscuras y llena de humo. Poca cosa, realmente, comparado con los problemas a los que tenemos que hacer frente en el simulador.
Fuegos de motor, aproximaciones de baja visibilidad, fallos eléctricos, hidráulicos, de todo, en un cubilete de varios millones de euros, varias toneladas de peso y poco más grande que una habitación, que cuenta con las computadoras reales del avión (que se pueden hacer fallar para simular anormalidades y emergencias) en sus entrañas y con un sistema hidráulico de movimiento mucho mejor que el de la nave espacial que ponen en las ferias y que siempre se estrella contra el mismo muro al final de la película.
El simulador cuenta con un puente levadizo de acceso y fuertes medidas de seguridad (se puede evacuar si llega a ser necesario en una situación real de emergencia, usándose cuerdas similares a las del avión real para descender hasta el suelo). Sistemas hidráulico, eléctrico y de aire acondicionado forman la maraña de cables que hay por todos lados. Aunque no he podido hacer fotos, también existe una sala anexa al simulador donde se encuentran los ordenadores que no forman parte real del avión, es decir, aquellos que generan los gráficos del sistema visual y hacen los cálculos necesarios para que el vuelo del avión sea real (lo que al Flight Simulator de Microsoft le ha faltado desde siempre).
Quizá lo más curioso del sistema hidráulico es la sensación tan realista que aporta al que está en el interior, que por otro lado no se corresponde en absoluto con los movimientos que se pueden observar desde fuera. Me hubiese gustado poder grabar un vídeo desde desde el exterior durante un aterrizaje (junto con un aborto de despegue, quizá lo único claramente identificable desde fuera y muy espectacular debido a la inclinación que llega a alcanzar el simulador durante una frenada fuerte, para que los pilotos se vayan hacia delante), pero es difícil captar el momento sin saber realmente en qué fase del vuelo se encuentran los que están entrenándose.
Todo lo que me ha dado tiempo a captar es este aburrido vídeo.
El sistema visual tampoco es nada malo, aunque son pocos los aeropuertos que están fielmente representados. Las ciudades grandes suelen estar bastante bien conseguidas y quizá lo que peor logrado esté sea el terreno en general, verde, sin más. Esta foto es una vista desde la ventanilla del copiloto hacia la terminal del aeropuerto, durante la preparación de cabina.
Esta otra, una vista hacia delante.
La cabina es una replica de la original, aunque hay espacio para asientos adicionales (normalmente utilizados por instructores y algún que otro observador que se tercie). El panel de breakers se puede mover, poner en su posición original, quedando una cabina con las mismas medidas que la original. Aquí una vista general.
Se puede observar el asiento del instructor, con dos pequeñas pantallas táctiles desde la que se controla todo, destacando (en mi opinión) la parte de meteorología, extensísima, desde donde se pueden controlar variables como el viento, condiciones de la pista (seca, mojada, nevada, helada), tormentas (turbulencia, cizalladura, microbursts), visibilidad, techo de nubes, etcétera.
Aquí una vista mucho más detallada. Nótense la radio y la mascarilla de oxígeno del instructor.
El apartado de fallos tampoco se queda corto, pues permite simular casi cualquier problema que pudiésemos encontrar en la vida real. En este simulador he tenido, por primera vez, humo real en cabina (humo de discoteca, respirable, pero muy denso, haciendo casi imposible ver los instrumentos), algo bastante agobiante y que da una idea muy precisa del problema tan inmenso que supondría en la vida real.
Hoy ha sido cuando hemos practicado esa emergencia y la verdad es que, aparte de tener un final feliz, ha resultado muy impactante (cómico en el simulador, porque no te quemas) ver lo difícil que resulta la comunicación con el que tienes a tu lado entre tanto humo, con las mascarillas puestas y haciendo una aproximación a lo desesperado mientras combates la situación (dejando durante un buen rato, en un intento por detener un supuesto fuego en el compartimento de aviónica, el avión en configuración eléctrica de emergencia, sin apenas equipos para volar). Una larga historia que pretendo contar en otro post, con más tiempo, aunque sin fotos.
Estos días seguiré intercalando vuelos reales con formación en el simulador (entre refrescos, renovación de licencia y exámenes). Los cursos de salvamento, bienes peligrosos, CRM, diferencias A320/321 y performance están hechos, así que en principio sólo quedan unos cuantos sectores de entrenamiento en línea hasta volver a poder poner a parir a los comandantes, todo llegará.
Siento la calidad general de las imágenes del post y no haber podido sacar más de las que me hubiese gustado, seguiremos intentándolo.
Por favor Manu, no tengas reparo por la calidad de las imagenes y del post, está muy bien. Creo que no alcanzas a darte cuenta que a los que nos entusiasma esto. Cualquier detalle por nimio que sea nos resulta sorprendente. Me ha encantado el acercamiento al simulador.
Respaldo lo de helder, a los que nos gusta esto.. por malas que sean las imagenes, nos van fascinar y hacernos flipar por asi decirlo.. 🙂
INCREIBLE el post como siempre, y curiosisimo esto de los simuladores..! en mi vida he pisado uno.
Saludos, desde hace tiempo he venido siguiendo el Blog, desde que fue señalado en Microsiervos … Para los gomosos del mundillo de la aviación este blog representa una provilegiada visión desde adentro, algo con los que no pertenecemos, solamente podemos ver desde el asiento de un pasajero cuando volamos. Ede nuevo en la silla, y eso es lo mejor. Suerte!
Edgar M.
Vaya, de lo más interesante este post… Siempre he soñado con meter un bicho de esos en mi habitación, pero pa mí que
no entra xDDD Tendré que tirar alguna pared jajaja.
Muchas gracias por este post, por el anterior y por todos los demás. Gracias por todo!
Slds!
Enhorabuena Manu
Hacía meses que te echaba de menos (perdona que te tutee pero después de leer el blog eres uno más en mi vida electrónica) y justo cuando pensaba que ya no iba a leer más comentarios tuyos me encuentro nuevas entradas tan interesantes como la de los simuladores!
Al final conseguirás que mi miedo a volar pase a la historia!
P.D.: Otro día contaré la anécdota que tuve la semana pasada con un piloto en una cafetería (nunca había conocido a un piloto en persona…)
Hola Manu.
Como siempre, muy agradable leerte, uno desea que el post no termine nunca.
Yo pude volar el 320 de Aero Madrid en LECU. LA experiencia fue muy buena aunque estuvimos menos tiempo del que hubiera querido. Por supuesto tengo el vídeo típico qu euno guarda como su jodidillo tesoro… jajaja JAJAJAJA.
De veras me alegro mucho de tu vuelta.
Acabo de ver hace unos momentos que has vuelto,¡gracias!.Es muy interesante lo q
Acabo de ver hace unos momentos que has vuelto,¡gracias!.Es muy interesante lo que cuentas de los simuladores.Siempre he sido un fanàtico de ellos fundamentalmente porque no puedo pilotar de verdad.X-Plane tiene un modelo de vuelo bastante realista basado en los flujos de aire con lo que consigue superar con creces las prestaciones simuleras del Flight Simulator.Ademàs tiene la posibilidad de funcionar en varios ordenadores al mismo tiempo repartiendo entre ellos las tareas de càlculo (uno de ellos puede encargarse del entorno gràfico,otro de la metereologìa,otro del modelo de vuelo…)asì como enviar los datos a MFD`s estàndard para que el «piloto» se sienta como en un aviòn de verdad.Por supuesto yo no lo he probado en estas condiciones pero si buscàis por foros dedicados verèis que abundan los pilotos virtuales bien equipados :-)Al respecto de las emergencias en vuelo tiene que ser realmente divertido hacerles frente en simulador!!(mis pinitos en este campo acabaron todos en desastre,¿còmo lo hacèis los profesionales?!!).No me enrollo màs…
El otro día durante una práctica de Tecnología Aeroespacial en la universidad vimos el simulador que había comprado la facultad y todos nos quedamos bastante sorprendidos con el tacto de los instrumentos de vuelo. Pero ahora que veo este, digamos que el nuestro más que en pañales se queda desnudo!
Sigue así Manu, eres todo un acicate para los aeronáuticos!
Primero soy ingles (mi español esta un poco mal!) y estudiar para mi licencia comercial. Leo esta articulo – que interesante!
¡Maestro!: felicitaciones por la presentación del blog, y su generoso aporte a los que no somos del palo aeronáutico pero nos pica el bichito.
Desde Alicante, Juan Carlos
no kiero volver al cole ni.. mamada!je je je … no me copa …no es piola la idea de volver … voy a estrañar las jodas .. quedarme despierta hasta tarde y levantarme tarde… ke mal ..no no no kiero !!!!!no x ke .. pero no tengo remedio !!pero puedo asegurar ke el dia 9 de marzo de 2009 ..el dia no mas deciado x mi! je je je ..odio ingles !!